Santuario de Consolación

El Santuario de Nuestra Señora de Consolación o Covento de Consolación de Utrera es quizás el lugar más emblemático y recurrido por todos los utreranos. Aparte de su función de culto y su belleza como edificio religioso en sí, esta ermita que data de comienzos del siglo XVI tiene una situación excepcional.

Aunque no está alejado del centro de la ciudad, su situación relativamente apartada le confiere un carácter único para su visita a través del conocido paseo de Consolación: un recto y largo camino de 1 kilómetro aproximadamente escoltado por una arboleda y un parque que conducen a la explanada del Santuario.

Historia

Según una historia (posiblemente con elementos de leyenda) narrada en 1619 por el superior de los mínimos de este convento utrerano, Diego Guzmán, en 1490 una mujer, de nombre desconocido, decidió emparedarse en su casa de Sevilla con otras mujeres. En la epidemia de peste de 1507 murieron todas las mujeres menos ella, que decidió irse a vivir a casa de su hija en Utrera, Marina Ruiz. Esta mujer trajo a Utrera una imagen de la Virgen de Consolación y dispuso en su testamento que esta fuese llevada a un beaterío que había en una casa de la calle Vereda de Yepes, que posteriormente pasó a ser el monasterio de la Antigua.

En 1520 un hombre que había sido criado de esta mujer en Utrera, Antonio Barreda, se vistió con hábito de ermitaño y se fue a Roma para obtener una licencia para una ermita. Tras obtener la licencia otros varones se le unieron para vivir como ermitaños en ese lugar, que se encontraba a un cuarto de legua del núcleo de población. Antonio Barrera dejó de ser el superior de la ermita y falleció en 1554. El siguiente superior sustituyó entre 1552 y 1553, con licencia de un visitador del arzobispado, un cuadro de la Virgen María por una escultura de la misma que había sido donada por la madre de Marina Ruiz al beaterío de la Antigua.

En esta ermita se celebraba una festividad en honor de la Virgen María el día de la Encarnación, el 25 de marzo.

En 1556 la Orden del Carmen decidió fundar un convento en Utrera y el arzobispado les concedió esta ermita, desconociéndose qué fue de los ermitaños. Hacia 1557 los carmelitas se trasladaron a otro lugar, dentro del pueblo, por encontrarse este templo muy lejos de la población.

Hacia 1557 la ermita quedó abandonada y una mujer de Utrera, Beatriz Álvarez, se llevó la imagen de la Virgen de Consolación a su casa para que estuviera bien cuidada y la tuvo 22 meses. Tras esto, el templo fue ocupado por otro ermitaño y Beatriz, tras comunicárselo a un vicario, entregó la imagen de nuevo al templo. Este ermitaño fue sucedido por otros hasta que, en 1560, llegó a la ermita un portugués llamado Antonio de Santa María, que había sido novicio lego de la Orden de los Mínimos de San Francisco de Paula durante once meses en el convento de la Victoria de Écija, no llegando a ordenarse como fraile. Encontrándose este hombre a cargo del templo, empezaron a tener lugar una serie de milagros de la Virgen de Consolación. La ermita empezó a estar frecuentada por clérigos seculares, que oficiaban misas en la misma. Enterados los carmelitas de los milagros que estaban teniendo lugar le dijeron a Antonio de Santa María que se marchase para hacerse cargo ellos del templo, pero este se negó y finalmente siguió al cargo con los clérigos que le acompañaban.

Origen como Covento

El convento se fundó en 1561 después de que el ermitaño Antonio de Santa María se puso en contacto con Pedro de Melgar, provincial de la Orden de los Mínimos de San Francisco de Paula en Andalucía. Fue primordial la ayuda del capitán Luis de Morales, Francisco De la Cruz par la solicitud al arzobispo de Sevilla la cesión de esta ermita a los mínimos. El convento tuvo un noviciado y una cátedra de Artes (filosofía). El noviciado se cerró en 1750.

En el siglo XVII el patrón de la capilla mayor pasó a ser Gaspar de Guzmán, el conde-duque de Olivares. Entre 1808 y 1809, durante la Guerra de la Independencia Española, el general Castaños usó este convento como hospital. Un año después consta que el convento contaba con 14 frailes ordenados.

En 1820 en el convento, que tenía capacidad para 80 religiosos, residían 5 sacerdotes y otros 7 religiosos profesos.12​ El convento fue desamortizado en 1835.​ El convento fue usado en un primer momento como prisión para prófugos que habían huido de las reclutas militares. En 1837 la Junta de Enajenación de Edificios y Efectos de Conventos Suprimidos solicitó al cabildo de Utrera las campanas del convento, que fueron confiscadas.

En 1841 la Hermandad de Jesús Nazareno de Utrera, con otros vecinos de la localidad, solicitaron y obtuvieron la autorización del cabildo para volver a realizar la procesión en honor a la Virgen de Consolación. En 1842 constituyeron una hermandad para la conservación del santuario.

La Virgen de Consolación es la patrona de Utrera. La imagen es de autor anónimo del siglo XIV. Fue coronada canónicamente en 1964.

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